Palomitas y La habitación

La habitación es una película conmovedora que nos cuenta la historia de Joey y su hijo Jack. Hace siete años Joey fue secuestrada mientras iba a la universidad. Desde entonces ha vivido encerrada en una pequeña habitación donde tiene lo básico para sobrevivir, pero ninguna esperanza. Su vida da un giro cuando durante su cautiverio, se queda embarazada de su secuestrador. Jack será el impulso que haga levantarse a Joey cada mañana y le haga seguir luchando.

Al inicio de la película conocemos a un Jack que acaba de cumplir 5 años. Durante todo ese tiempo lo único que ha conocido es La habitación donde viven él y su madre. Para Jack, ese pequeño espacio es todo el mundo que existe. La lámpara, el lavabo, la serpiente de huevos y la tele, esa caja llena de cosas imaginarias que no existen. Su mundo.

Pero la vida entre esas cuatro paredes no es vida y ahora que Jack está creciendo, Joey decide idear un plan para lograr que Jack escape de la habitación. “Desenrollarse. Saltar. Correr. Alguien.” Siguiendo las instrucciones de su madre, Jack logra escapar y a partir de ese momento empieza una historia totalmente diferente donde Jack, tendrá un nuevo mundo infinito por descubrir.

La cinta me ha parecido verdaderamente impactante. En especial la primera parte de la película, en que madre e hijo se encuentran en la habitación, es para ponerte los pelos de punta. Conocemos el día a día de ambos, desde la inocente mente de Jack. El niño es plenamente feliz viviendo en La habitación gracias a las mentiras y el sacrificio de su madre, que cuida de Jack como una leona. Ver cómo ha creado un mundo donde él pueda ser feliz, donde pueda aprender… Los sacrificios por mantenerle alejado del secuestrador… es verdaderamente increíble.

La segunda parte, cuando Jack logra escapar, no es menos llamativa. Ver como el niño, que no ha conocido más que esa pequeña habitación, descubre un mundo nuevo y se adapta a él, es maravilloso. La plasticidad de la mente infantil está reflejada tan perfectamente, que uno no deja de maravillarse de la gran fuerza que tienen los niños. Por el contrario, vemos la dura vuelta a la realidad de Joey, que, tras 7 años de calvario, de haberlo perdido todo, vuelve a su mundo, pero lo hace siendo alguien totalmente diferente. Una contraposición que resulta muy llamativa.

Hay que destacar en esta película las actuaciones de los dos protagonistas. Vi esta película después de los Óscar y ahora que lo he hecho, puedo decir sin lugar a dudas que la estatuilla que se ha llevado Brie Larsones más que merecida y no exagero al decir que el pequeño Jacob Tremblay, se merecía un reconocimiento igual de notorio a pesar de su corta edad. Lo que transmiten ambos actores a través de sus personajes, te hace sentir y estremecerte.

Besitos conmovidos ^^